Si quieres una protección de diez, ponte una contraseña del tamaño de una frase. Puedes utilizar una contraseña formada por tres o cuatro palabras elegidas al azar; por ejemplo, «dinosauriolunagalletalila» es una contraseña muy difícil de adivinar, pero fácil de recordar. Basta con pensar en un dinosaurio que está en la luna comiéndose una galleta lila.
Trata de utilizar una contraseña distinta para cada una de tus cuentas y dispositivos: si alguien adivina tu contraseña de una cuenta concreta, no podrá utilizarla para acceder a todas tus cuentas.
Tu contraseña te pertenece: no debes compartirla con nadie, ni siquiera con tus mejores amigos. Las únicas personas que pueden conocer tus contraseñas son tus padres/tutores.