
- Muchos dispositivos permiten la sincronización de archivos entre el dispositivo y un espacio de almacenamiento en Internet (a menudo llamado nube) vinculado a una cuenta. Eso significa que los datos personales importantes, las fotos y otros contenidos pueden almacenarse tanto en Internet como localmente en un dispositivo.
- Los dispositivos con aplicaciones obsoletas y sistemas operativos antiguos son más vulnerables que los dispositivos actualizados. Los delincuentes suelen aprovechar las vulnerabilidades del código de las aplicaciones o los sistemas operativos para acceder a esos dispositivos, de ahí que las empresas actualicen sus aplicaciones para corregirlas. Si no se actualizan, esos fallos persisten y provocan la vulnerabilidad del dispositivo.
- Los dispositivos más antiguos no siempre se actualizan de forma automática y, por tanto, requieren una actualización manual por parte del usuario. Con el paso del tiempo, los equipos más antiguos pueden dejar de recibir asistencia del fabricante y serán más vulnerables.
- Si un dispositivo perdido o robado no está protegido con una contraseña, un código PIN o cualquier otro método (por ejemplo, reconocimiento facial o de huellas dactilares), otras personas pueden acceder a los datos personales almacenados en ese dispositivo, así como a las cuentas que contienen datos personales y que siempre están abiertas, como las aplicaciones de redes sociales.
- Cualquier acceso no autorizado al WiFi de casa puede comprometer la seguridad de los dispositivos de la red. A veces, un intruso accede a dispositivos menos sofisticados aprovechando sus vulnerabilidades de seguridad, como los dispositivos domésticos conectados por WiFi y los vigilabebés. Los dispositivos más antiguos que no han recibido actualizaciones de seguridad también pueden comprometer la seguridad de la red.

Consejos:
- En familia, asegurad todos los dispositivos con un método de seguridad definido: lo ideal es un código PIN o una contraseña. No te olvides de crear contraseñas seguras siempre que sea posible en otros dispositivos conectados a tu red doméstica. Puede que algunos dispositivos (sobre todo los más antiguos) no tengan contraseña o que tengan un nombre de usuario y una contraseña por defecto (por ejemplo, el nombre de usuario “admin” y la contraseña “admin”).
- Asegúrate de que los dispositivos están protegidos por un software antivirus y antimalware. Mantenlos actualizados y programa análisis frecuentes. El rúter de Internet de tu casa también puede disponer de funciones de seguridad, como un antivirus o un cortafuegos, para proteger los dispositivos de la red.
- Comprueba si hay actualizaciones de firmware para los dispositivos conectados a Internet. Instala las actualizaciones en cuanto se publiquen, ya que a menudo corrigen vulnerabilidades de seguridad. Los dispositivos conectados más recientemente pueden configurarse para que busquen de manera automática las actualizaciones y avisen cuando se publiquen.
- Ayuda a tu hijo a comprender mejor la importancia de actualizar las aplicaciones y los sistemas operativos de sus dispositivos. Las actualizaciones deben instalarse tan pronto como se publiquen.
- Puede ser un gran fastidio perder archivos importantes, como las fotos familiares. Te aconsejamos que crees y programes copias de seguridad en los principales dispositivos de tu hogar. En caso de pérdida, robo o daño (físico o causado por malware) del dispositivo, esas copias de seguridad facilitan la restauración de archivos importantes y ahorran tiempo en la instalación y configuración de aplicaciones en el dispositivo nuevo.
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