
- El uso de contraseñas seguras es una buena manera de proteger una cuenta. La mayoría de webs y servicios requieren una contraseña de al menos 8 caracteres. Algunos servicios también exigen que las contraseñas contengan al menos una letra mayúscula, un número o un carácter especial (por ejemplo, ?, % y @). Cuanto más larga sea la contraseña, más segura será.
- Sin embargo, las contraseñas más seguras, en realidad, son conjuntos aleatorios de tres o cuatro palabras. Por ejemplo, “dinosauriolunagalletalila” es una contraseña muy difícil de adivinar, pero fácil de recordar: basta con pensar en un dinosaurio que está en la luna comiéndose una galleta lila. La contraseña, pues, es larga y fácil de recordar.
- Aunque los niños comprenden la importancia de no compartir sus contraseñas con extraños, cabe la posibilidad de que den sus contraseñas a personas en las que confían, como los amigos. Los motivos pueden ser varios: permitir que un amigo utilice su cuenta en un juego virtual para ayudarle a avanzar, intercambiar objetos, etc. En algunas redes sociales que premian o registran las conexiones durante un número de días consecutivos (a menudo denominadas “streaks”), un niño puede compartir la contraseña de su cuenta con un amigo para mantenerse conectado en situaciones en las que no tiene la posibilidad de hacerlo, por ejemplo si se va de vacaciones sin acceso a Internet. Para algunos niños, compartir una contraseña con un amigo es un signo de confianza incondicional.
- La autenticación de dos factores, también conocida como autenticación o verificación en dos pasos, es una forma eficaz de mantener la seguridad de una cuenta. Cuando se activa esa autenticación en una cuenta, el usuario debe introducir su contraseña. A continuación se le envía un código único para acceder. Ese código se envía por SMS o por correo electrónico, o es generado por una aplicación especial de autenticación instalada por el usuario.
- A menudo se envía un código de autenticación de dos factores al usuario cuando este inicia sesión en una cuenta por primera vez en un nuevo dispositivo o en una nueva ubicación. Esta función también informa al usuario de los intentos de otras personas de acceder a su cuenta. Sin el código, nadie puede acceder al servicio, pero el usuario sabe entonces que alguien conoce su contraseña.

Consejos:
- Aconséjale que utilice una contraseña distinta para cada tipo de cuenta. En caso de pirateo de una cuenta, esa contraseña no podrá utilizarse para acceder a otras cuentas.
- Llevar la cuenta de un gran número de contraseñas seguras y únicas en una familia puede ser muy complicado, especialmente para los más pequeños. Hay gestores de contraseñas que facilitan el almacenamiento de nombres de usuario y contraseñas. Existen varias opciones gratuitas y de pago, y algunos dispositivos tienen funciones integradas de gestión de contraseñas. ¡Asegúrate de proteger el acceso al gestor de contraseñas con una contraseña muy segura!
- Recuérdale que las contraseñas de sus cuentas son suyas y que debe ser responsable de ellas. No debe compartirlas con nadie, ni siquiera con sus mejores amigos. Sin embargo, tú sí que puedes conocer sus contraseñas para ayudarle a que sean seguras y recordárselas si alguna vez las olvida.
- Activa la autorización de dos factores en todas las cuentas familiares para evitar el acceso no autorizado. En el caso de los más pequeños, es posible que tengas que facilitar tu número de teléfono móvil o tu dirección de correo electrónico para recibir el código de identificación.
- Si tu hijo o tú recibís un código de autenticación que no habéis solicitado (por ejemplo, si no acabáis de entrar en esa cuenta), es probable que otra persona conozca la contraseña y esté intentando acceder a la cuenta. Inicia sesión en esa cuenta lo antes posible y cambia la contraseña. Si esa contraseña se utiliza en otras cuentas, deberás cambiarla también en las demás cuentas.
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